martes, 22 de mayo de 2012

Show me the money!!

O como diría el Dr. Maligno en Austin Powers 2, enseñame la pasta!!

El sistema financiero argentino es fascinante. Si un día entre semana paseas por Microcentro, no por las zonas de los alrededores del obelisco sino por el genuino Microcentro. Reconquista, Defensa, Perón, los alrededores de Plaza de Mayo... Si te paseas por allí y miras a tu alrededor casi te puedes sentir en Canary Warf. Grandes bancos, edificios maravillosos, furgones blindados y un sinfín de gente caminando con prisa de un lado para otro. Igualito pero en cutre.

No porque los edificios, la calle, las tiendas o los furgones sean cutres, sino por el trasfondo. En lugar de ver jóvenes ejecutivos recién licenciados, impecables, bien peinados, con sus trajes de Top Man, H&M y Primark te ves rodeado de un montón de jóvenes argentinos, con sus trajes arrugados de las tiendas de saldos, las camisas blancas por fuera, el pelo largo y desaliñado, piercings, tatuajes y mucha mucha mucha basura por la calle. Y no se atrevan a llamarme carca, soy el primero perforado y tatuado.

Todo Microcentro está plagado de bancos, y por mi trabajo he visitado unos cuantos. La esencia es la misma, grandes tiburones con una exquisita formación en finanzas, en muchos casos en el extranjero, oficinas en edificios art decó y mucha pompa pero en cuanto rascas no hay mucho mas.

Argentina tiene un serio problema con su sistema financiero. Mas allá de tener cerrados los canales de deuda extranjera por su impago (900.000 millones de dólares al club de París), la situación interna no es mucho mejor. Su mayor billete es el de 100 pesos, es decir algo menos de 18 euros. Podrían pensar que hay gran liquidez y que no es un problema, sin embargo sacar un billete de 100 pesos en muchas ocasiones supone un drama. Un taxista se enfadará contigo y te llevará a buscar cambio, en un quiosco no te venderán nada porque no tendrán cambio y los chinos te mirarán con odio. Nadie te dará cambio en monedas, tomar un bus será una odisea si no tienes la tarjeta SUBE y en los restaurantes de comida a domicilio te preguntarán con cuanto vas a pagar y se echarán las manos a la cabeza cuando digas que no tienes cambio.

Para colmo la financiación está vedada. No hay créditos y los que hay tienen un interés que en España podríamos calificar como usura y estaría penado por la ley. Un financiación buena para una empresa ronda el 25% de interés, eso con sólidas garantías, un historial crediticio y con todas las cuentas en el banco, así que imagínense cual es la tasa aplicable a un particular. ¿Se lo imaginan?. Mejor. No lo hagan porque simplemente no existe. No hay apenas financiación particular a gran escala, apenas se dan hipotecas y los créditos para la compra de automóviles o para financiar estudios, másters, reformas o cualquier otra cosa están por encima del 30%, eso si, medio país tiene una tarjeta de crédito y cuando vas al supermercado puedes pagar en hasta 6 cuotas tu compra de 300 pesos (algo menos de 50 euros). Todas las operaciones inmobiliarias se hacen en dólares y al haber congelado la compra de divisas, se han congelado las operaciones inmobiliarias. Según el presidente de la Camara Inmobiliaria Argentina las operaciones en el último cuatrimestre en Buenos Aires se han reducido un 11% y las operaciones sobre suelo, esto es compraventa de terrenos o construcción, se han reducido un 39%. Ni en plena debacle de la crisis inmobiliaria en España la caída en un cuatrimestre fue tan acusada.

Además y ya a nivel empresarial, el BCRA no acepta contragarantías de bancos con una calificación crediticia menor a A para financiaciones a mas de 180 días por lo que cualquier empresa con un aval de un banco español se puede empezar a comer los mocos... Y lo mejor de esto es que te lo dice alguien que trabaja en un banco que en Argentina tendrá un nombre pero en el resto del mundo es poco menos que un apestado, como cualquier elemento financiero argentino. Y es que resulta gracioso pensar que desde Argentina nos quieren dar lecciones financieras cuando su riesgo país está a la cabeza de América Latina y su prima de riesgo supera los 1000 puntos básicos.

Y digo yo... ¿que pasará a la inversa? y entonces el eco devuelve mis palabras porque ese caso, simplemente, no se da...




miércoles, 16 de mayo de 2012

Krugman Loves Kirchner

Hace tiempo que vengo siguiendo a Paul Krugman. Su receta para salir de la crisis consistente en una invasión alienígena me cautivó. Sin embargo últimamente me parece que la mayoría de sus comentarios van destinados mas a crear polémica y salir en los medios que a dar realmente recetas sobre como salir de la crisis. Por cierto, cada vez que escribo sobre él hay una entrada mas suya en google y él tendrá mas fácil vender alguno de sus muchos libros.

El caso es que este escritor, profesor y economista tiene una auténtica devoción por Argentina. Ignoro si alguna vez pisó esta, desde fuera, romántica y atractiva nación, pero estoy convencido de que si hubiese pasado el mismo año que he pasado yo aquí, sus comentarios distarían bastante de lo que defiende.

En su discurso, asegura que Grecia saldrá del Euro el próximo mes de Junio y que habrá un corralito en España. Y lo que ya ha encendido mis abundantes carnes ha sido su comentario acerca de que Europa debería aprender de Argentina.

A lo largo de mi vida he estudiado un poco. Mucho menos que este señor que para eso es premio nobel, pero en todos esos años estudiando economía he aprendido unas cuantas cosas. En primer lugar, que la economía es cíclica y que todo lo que sube luego baja. De ahí parece obvio que cuando se está muy muy muy bajo, sólo se puede ir hacia arriba. En segundo lugar se aprende que cuando una economía profundamente deprimida comienza a crecer lo hace con tasas bastante altas que se van atenuando hasta alcanzar una tasa de crecimiento relativamente estable. De ahí se pasa de nuevo al modelo anterior. Todo lo que sube, baja.

Pues bien, no hay que ser un lince para darse cuenta de que Argentina ha experimentado este proceso en los últimos años. Argentina no pudo caer mas bajo en 2001 y desde entonces su PIB se ha visto catapultado gracias fundamentalmente al precio creciente de las materias primas y al gasto del gobierno. Sin embargo, como economista que soy (tengo algo en común con Krugman) y aprovechando que vivo en Argentina, me doy cuenta de algunas cosas que al parecer el señor Krugman no ha percibido.

Tomar a Argentina como modelo porque ha crecido mucho en los últimos años es como si en un colegio, un padre se acercara a su hijo, le pusiera una mano en el hombro y le dijera - ¿ves aquel chaval con cara de pillo al que le van bien las cosas porque copia en clase, roba a sus amigos y encima todos los tontos de clase le quieren porque sabe quedar bien con todo el mundo?, pues te tienes que parecer a él.

Este señor nos está diciendo que debemos dejar de pagar al exterior, que debemos olvidarnos de satisfacer nuestras deudas y engañar a todo el mundo. Debemos sustentar nuestro crecimiento en la exportación de artículos de escaso valor añadido y confiar en que los precios no dejen de subir tal y como pasará en el país aunque deberemos encubrir que nuestra inflación en lugar del 10% que decimos que es, está rozando el 30% que nuestro PIB en lugar de crecer en torno al 7% se queda en un discreto 3% y que además para asegurar que no perdemos comba frente al dólar, prohibimos el libre cambio de divisas en el país, regularizamos las entradas de mercancías obligando a la salida otras y encima cobramos doble por las dos partes. Nacionalizamos la industria y nos hacemos los suecos, y ponemos velas a algún santo para que el próximo invierno no sea tan frío y no tengamos que gastarnos el dinero que no tenemos en importar mas combustible porque el nuestro no nos llega.

Señor Krugman, si de verdad hay que fijarse en Argentina para salir de la crisis, prefiero quedarme en ella.

Mañana mas.

lunes, 14 de mayo de 2012

Bienvenidos

Bienvenidos! Welcome! Bienvenu! Willkommen! o incluso Bem-vindos! Dar la bienvenida es un gesto de cortesía, una invitación a formar parte de lo que puedes llamar hogar, familia, empresa o cualquier lugar del que te sientas anfitrión. Es una fórmula común, corriente y bien aceptada. Sin embargo en Argentina no es algo habitual... 

Hace algo mas de un año que vivo en Argentina y a últimamente los españoles no somos muy bienvenidos por aquí...  

Argentina es un país complicado que se esfuerza por complicarse mas. No soy un experto, no he vivido durante años aquí, no tengo grandes amigos argentinos, no me considero versado en las artes, la literatura ni la cultura argentina. Pero no lo necesito. 

En este año me he enfrentado a todos y cada uno de los estamentos de este país que es una auténtica locura. Mi posición aquí me ha forzado a enfrentarme con el gobierno nacional, el gobierno regional, los empresarios locales, la AFIP, la ANSES, la Inspección General de Justicia, abogados, escribanos, asesores, contadores y un sinfín de buscavidas. 

Mis primeros meses aquí fueron de una terrible agitación por el trabajo y el desafío que se me planteaba, por eso no tuve tiempo de lamentarme por lo insensato de los procedimientos, sin embargo conforme ha ido pasando el tiempo y he abundado en lo que me rodea me fascino al ver como cada día este país sigue en pie y no solo eso, parece que hasta va adelante. 

Si alguien lee estas líneas, no voy a mentirle. Lo que de ahora en adelante lea será mi visión de este país, de esta ciudad, de esta sociedad y de esta vida. Si usted es argentino es posible que se sienta reconocido, aludido o incluso ofendido. Si usted es español tal vez piense que exagero. Si usted es el afortunado poseedor de otra nacionalidad le felicito por no encontrarse en ninguna de las anteriores situaciones y le invito a que juzgue por si mismo. 

En cualquier caso, este emplazamiento no es mas que un muro donde plasmar mis reflexiones diarias... Sea de donde sea, como anfitrión, está usted invitado. 

Adelante.